NATURALEZA – la tierra

canalizado por Pamela Kribbe
Querida gente,
Yo soy la voz de la tierra . Hablo desde el suelo debajo de tus pies. Yo te acojo, tú también me recibes. Déjame subir por tus pies y tus piernas, por tus tobillos, tus pantorrillas, tus rodillas y tus muslos. Siento el poder fluyendo desde mi núcleo. Me gustaría consolarte y animarte en tu camino.
Vuelve a conectarte conmigo. Yo soy tú madre. Yo te llevo y te apoyo.
Deje que mi poder fluya por todo su cuerpo, a través de su coxis y luego lentamente por su columna vertebral. Siente mi energía subiendo en espiral por tu columna y relájate.
Relájate más y más profundamente. Deja ir tus preocupaciones. Pensar te obstaculiza de muchas maneras y mantiene tu energía atrapada en tu cabeza.
Ahora imagina cómo mi poder toma una forma sutil y fluye alrededor de tu cabeza, dándote una sensación de calma, dulzura y un arraigo. Deja ir tus pensamientos, cavilaciones y miedos.
Estás seguro. Déjalo ir Siéntete llevado por un arroyo, una suave brisa, una ligereza. Libérate de las preocupaciones terrenales.
Ahora los invito a un viaje a través de mis reinos, mi dimensión. Soy mucho más que la roca que ves, más que el suelo bajo tus pies y también que la naturaleza visible. Mi dimensión tiene varias capas o niveles.
En el más denso de estos niveles está la materia tal como la percibes a tu alrededor con tus sentidos, las cosas que puedes tocar y ver a simple vista. Allí, la mente o la conciencia está presente en su forma más arraigada.
La conciencia está en todo, incluso en el nivel más denso, y la vida en estos niveles materiales más densos siempre se nutre de reinos más sutiles a su alrededor: en la naturaleza, toda la vida está rodeada de seres etéreos conocidos en épocas anteriores como duendes, elfos, hadas y enanos.
Nombres que les diste. Son seres etéreos. Son conscientes, pero no se manifiestan en la capa más densa del ser, pero son un poco más altos en su vibración.
Se balancean más suaves y ligeros y nutren la naturaleza que los rodea.
Cada árbol tiene varios de esos elementales, tales seres naturales, en sí mismo y sobre sí mismo. Estos seres hacen algo por el árbol, pero nada material, hacen algo espiritual, etéreo por él. Nutren el árbol con luz, amor y calidez. Celebran la existencia, la existencia del árbol.
Imagínese cómo estos seres se mueven dentro y alrededor del árbol, lo abrazan, lo animan, para que la savia del árbol pueda fluir con más fuerza y pueda producir hojas y flores aún más hermosas y frescas en primavera. Imagínese cómo cada célula que se agrega al árbol, con cada fase de crecimiento en la que sus raíces se adentran más profundamente en la tierra, es sostenida por estos pequeños seres que alegremente retozan a su alrededor …
Fuente y más:https://www.lichtderwelten.de/index.php/geistige-welt/channelings-anderer/pamela-kribbe/die-erde–naturwesen