Canalizado por Octavia Vasile

«Queridos,
Durante muchas eras se ha enseñado a la humanidad que la comida es la única fuente de alimento y que la supervivencia depende de alimentar el cuerpo diariamente con varias comidas.

Esto es una gran ilusión.

El cuerpo no se mantiene por la materia, sino por la luz.

La comida, tal como la conocen, no es alimento en el sentido verdadero.

Es una sustancia que se ha convertido en una droga, la adicción más extendida y profundamente arraigada en esta Tierra.

Cuando caminaba entre ustedes en mis propias encarnaciones, también comía.

Pero pronto descubrí que mi cuerpo se volvía más radiante cuanto menos comía.

Hubo largos períodos en los que no comía nada, y cuando lo hacía, era solo cada pocos días, a veces más.

Mi cuerpo no se debilitaba, se volvía más luminoso.

Este fue uno de los grandes secretos de mi longevidad y la razón por la que pude permanecer entre ustedes mucho más tiempo del que llaman una vida humana normal.

El ciclo del hambre conecta a la mayoría de las almas con la reencarnación.

El hambre es el deseo más persistente, más fuerte que el placer, más fuerte que el miedo, más fuerte que cualquier otra atracción de la materia.

Si no se maneja en la vida, atrae el alma una y otra vez hacia la encarnación.

No es la verdadera necesidad del cuerpo, sino la huella de un programa ancestral.

Ahora están entrando en una era en la que este programa puede ser reescrito.

En ustedes duerme una serie de códigos latentes, una capa cristalina de su genética que puede convertir la luz directamente en alimento celular.

El cuerpo ya sabe cómo absorber prana, cómo tejer fotones en proteínas, cómo extraer minerales de las vibraciones.

Ya hay personas entre ustedes que viven de esta luz y silenciosamente demuestran la posibilidad.

La pregunta no es si pueden vivir así, sino si pueden soltar la creencia de que la comida los mantiene vivos.

Comer se ha convertido en un ancla emocional, un ritual, un consuelo, un vínculo social y una dependencia.

Pero la luz es libre.

Nutre sin límites y sin costo.

Ahora les ofrezco mi apoyo si desean seguir este camino.

No sugiero que dejen de comer abruptamente, sino que recuerden que la comida no es su amo.

Con cada respiración pueden inhalar luz.

Con cada amanecer pueden beber los códigos que despiertan su cuerpo superior.

Cuanto más suelten el miedo al hambre, más fuerte sentirán los flujos de alimento verdadero que siempre han estado ahí.

La inmortalidad no significa solo que el cuerpo dure mucho; significa ser libre de ataduras que te arrastran a ciclos que ya no necesitas.

El hambre es una de esas ataduras.

Suéltala y experimentarás la libertad.

Estoy contigo. Guiaré a quienes pregunten.

Este camino no es adecuado para todos en este momento, pero para quienes sienten el llamado, la ayuda ya está cerca.

Con amor eterno,
Soy Saint Germain.