Maria Magdalena

Sobre el poder de la Rosa Sagrada

Canalizado por Octavia Vasile

“Mis queridos,
La rosa no es solo una flor que adorna vuestros jardines.

Es un templo, un santuario, una oración viva. Cada pétalo encierra una enseñanza, cada curva de su forma susurra los secretos de la vida, del amor, de la conexión eterna entre el espíritu y la materia.

Cuando miras una rosa, contemplas la arquitectura misma del alma.

Esta tierra estuvo durante muchos siglos bajo la carga de la razón sin ternura, de estructuras sin canto.

Se tejió un orden racional que olvidó el ritmo del cuerpo, los ciclos de la luna, el aliento del agua y el silencio de las estrellas.

La humanidad aprendió a construir, pero olvidó recibir. Aprendió a mandar, pero olvidó escuchar.

La rosa llega ahora como un bálsamo.

Es suave y a la vez fuerte.
Sus espinas la protegen, pero su aroma se esparce generosamente.
Ella no discute con el mundo; simplemente se abre, incluso en los lugares más ásperos. Esa es su enseñanza: fuerza, vestida de suavidad, sabiduría, envuelta en belleza, presencia, nacida de la entrega.

Os digo, queridos míos, que la rosa es una clave para este tiempo.

Vuelve para recordaros vuestro propio corazón y el corazón más grande de la humanidad.

Donde hubo dureza, dejad que os ablande. Donde hubo miedo, dejad que su aroma os calme.
Donde el espíritu patriarcal ha levantado muros, dejad que la rosa los disuelva y abra caminos de conexión.

Caminé con la rosa en mi tiempo en esta tierra.

Fue mi compañera en la oración, en el silencio, en la profundidad del amor, que fue tanto humano como divino. Sus pétalos llevaban el recuerdo del Cristo femenino, la línea de quienes sabían que el verdadero poder es el amor.

Y ahora os pido: llevad la rosa dentro de vosotros.
Plantadla en el suelo de vuestro ser.

Dejad que florezca en vuestras palabras, dejad que se extienda en los espacios que entráis, dejad que brille a través de los lugares sagrados de esta tierra, porque ellos sedientos de recuerdo.
Cuando la rosa despierta, en ti despierta, en la tierra. Y mientras despierta en la tierra, la humanidad recuerda su totalidad.

Queridos, la rosa es eterna.

Os guiará hacia una nueva forma de vida, en la que la mente y el corazón no son enemigos, sino compañeros, en la que la razón se somete al amor y el amor guía a la razón.

Este es el equilibrio que la tierra demanda. Esta es la memoria que la humanidad necesita ahora.

Estoy con vosotros mientras camináis este camino de pétalos.

Estoy con vosotros en el aroma que perdura mucho después de la floración.

Estoy con vosotros en la eterna floración de la rosa del corazón.
Con amor infinito,
María Magdalena