
Animales y karma…
Los animales deciden entrar en nuestras vidas.
Ellos son parte de nuestro karma y nosotros somos parte del suyo.
A veces son “abandonados” o encontrados en las calles y en peligro en medio de la noche.

Otras veces aparecen en la puerta, como carteros enviados por el destino.
Otros más nos llegan de seres queridos, seres queridos o personas desconocidas.
En cualquier caso, los animales estaban y están en nuestra alimentación.
En esta vida como en otras vidas.
No es raro que un mismo animal reencarne varias veces a lo largo de nuestra vida, simplemente cambiando de piel y siendo reconocido por pequeños gestos o detalles.
Esto lo vemos bien en perros y gatos.

Cuando un animal “nuevo” llega a nuestra casa y sabe exactamente adónde ir, es señal de que está regresando.
Muchas personas cercanas a la muerte informan haber visto una visión reconfortante no de un pariente o padre fallecido, sino de un animal.
Significa mucho.
Porque para nuestra alma no existe diferencia entre una especie y otra.
Los animales están incluidos en nuestro karma al igual que nosotros en el de ellos.

Por este motivo, debemos respetarlos como criaturas sagradas y brindarles el máximo cuidado.
Son partes y aspectos de nosotros, en otra forma del universo.
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