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Yo soy Yvonne Amada Malestroit. Yo me presento a ustedes, hoy, para venir a compartir en Amor. Entonces, yo les propongo comenzar con un baño de Amor…

…Comunión….

 

El Amor transforma todo. Solo les basta amar, amar con todas sus fuerzas, a cada instante, tal como yo lo hice en mi vida. Yo amé a Jesús, siguiendo las palabras de mi época, y yo tenía solo un objetivo: ofrecerme a Él, completamente, buscando en mi lo que yo podía ofrecer de más, de nuevo y nuevamente.

Él me quería en totalidad, y yo quería ofrecerme en totalidad.

Así, son convidados, ahora, a abandonarse a la Gracia.

Amen la Gracia, Amen El CRISTO, amen el UNO, con todas sus fuerzas, y ofrézcanse, completamente.

Amen la Gracia y dejen que la Gracia los ame.

Entreguen todo, todo lo que poseen, en manos de Ella.

Para que Ella lo tome para disolverlo, en Ella lo tome para revelarlo, esa es la voluntad de Ella.

Ofrézcanse, sin pedir nada a cambio.

Porque abandonarse para recibir tal o cual ganancia, o tal o cual realización no es abandonarse.

Abandonarse es abandonarse a sí mismos, dejando, en definitiva, solamente el abandono, el abandono por lo tanto al Amor, porque el abandono no puede ser un sacrificio.

Una vez que hayan abandonado todo,  ¿qué es lo que puede derivarse de lo que hayan ofrecido?

¿En qué puede concernirlos, afectarlos?

Lo que se ofrece, ustedes lo ofrecen.

No pueden retomarlo.Entonces, ofrézcase y, como dice Uriel, dejen a la Gracia conducirlos a Casa.

 

…Silencio….

Lo que la Gracia les da a vivir, si se abandonaron,  permítanlo, y ofrézcanlo con aún más Humildad y Simplicidad, sea lo que quiera que sea que venga a sorprenderlos.

Porque si se abandonaron, si lo ofrecieron, completamente, nada puede venir a sorprenderlos.

Lo que está conmocionado, simplemente, ha sido olvidado en la ofrenda.

Entonces, ofrézcanlo.

No imaginen lo que podría ser su vida abandonada a la Gracia.

Porque su vida no existirá más, ustedes se han ofrecido a la Gracia.

Su vida será una vida en la Gracia.

…Silencio…

Entonces, nuevamente, yo los convido a revelarlo todo en su Amor por la Gracia, por la Vida, por Cristo Ki-Ris-Ti.

Poco importan las palabras, pero amen, amen con tanta fuerza que no puedan tener más que una voluntad: disolverse en El Amado.

Y amen todo lo que les presenta la Gracia.

Si su Amor es suficientemente fuerte, no le será posible discriminar lo que la Gracia les envía, en una situación favorable, incómoda o, desfavorable.

Amarán todo lo que la Gracia les ofrece.

Ahí está, queridos hermanos y hermanas en encarnación, el Amor inconmensurable que yo deseaba compartir con ustedes.

Que este Amor se les revele en ustedes, y que la ofrenda sea total.

Esto es lo que puedo dejarles, lo mejor, lo más grande.

Pues es lo más grande que puede ofrecerse, en totalidad…

Lo más grande es fusionarse en el  Amor…

Queridos hermanos y hermanas, yo les digo hasta pronto, y hasta siempre, en el Amor.

Transmitido por David Air

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